miércoles, 25 de marzo de 2020

EL BEBÉ DE 0 A 1 MESES


  
Debéis tener muy presente que es importantísimo el contacto físico con vuestro hijo durante toda la infancia, especialmente durante las primeras semanas de vida. Los bebés desarrollan respuestas comunicativas a experiencias sensoriales desde el nacimiento. Responden cuando se les habla, reconocen a sus padres por el olor y tienen una mirada intensa. Después de nacer, ya reconocen un rostro humano y mueven la cabeza en respuesta al ruido. Nacen con el deseo de hablar y "conversarán" con vosotros si les habláis animadamente, a 20-25 centímetros de distancia de su rostro, donde pueda verlo con claridad. Reaccionará a vuestra sonrisa moviendo la boca, con gestos que pueden interpretarse como de asentimiento, sacando la lengua o moviendo su cuerpo.


    ASPECTO DE VUESTRO BEBÉ
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  * Piel: el recién nacido tiene la piel cubierta por una sustancia blanquecina y grasienta llamada vérnix, que es como una crema natural que protege la piel.

  * Cabeza: el cráneo del bebé está formado por cuatro grandes placas que no están fundidas y son flexibles, lo cual facilita el paso por el canal del parto. Las partes blandas de lo alto del cráneo del bebé, donde los huesos todavía no están unidos, se llaman fontanelas.
Estos huesos no se fusionan por completo hasta los dos años aproximadamente. No se deben presionar las fontanelas ya que es una zona delicada.

  * Ojos: el bebé puede ver con claridad hasta una distancia de 20 a 25 centímetros, pero más allá no puede enfocar ambos ojos al mismo tiempo, lo que quizá le produzca un estrabismo o le haga bizquear. Estos dos estados desaparecerán en cuanto se fortalezcan los músculos oculares (habitualmente en un mes).

  * Cabello: la fina pelusa que cubre el cuerpo de muchos bebés al nacer se llama lanugo, y a menudo desaparece tras el nacimiento.

* Genitales: debido al aumento masivo de los niveles hormonales que la madre experimenta antes de dar a la luz y que a veces pasan a la corriente sanguínea del bebé, esto puede producir un escroto y unos pechos de gran tamaño, y hasta es posible que produzca un poco de leche. Eso no es nada anormal y la hinchazón desaparecerá gradualmente. La niña puede mostrar una vulva o clítoris hinchado y hasta tener un pequeño "período" poco después de nacer.

  Ombligo: el cordón umbilical, húmedo y de color blanco azulado al nacer, se sujeta con pinzas y se corta con tijeras. Sólo queda un trozo corto de cordón que se seca y se hace casi negro en dos a cuatro horas. El muñón se arruga y se desprende en unos siete días, pero el bebé no sentirá ningún dolor.

* Dientes: El primer diente suele despuntar en la encía después de los cinco meses y antes de los ocho. Pero éste es sólo un dato estadístico, ya que hay bebés  que lo echan antes (incluso alguno, rara vez, nace con un diente) y otros más tarde. Ambos casos son normales.
Unas semanas antes de que salga este dientecito, ya se aprecian algunos síntomas que dan inicio al proceso de “erupción dentaria”, que en total dura unos  dos años y suele ocasionar  una gran incomodidad y molestias periódicas a casi todos los bebés. Es normal que la encía se inflame antes de la salida de cada diente de leche. A causa de la sensibilidad en esa zona, el bebé se mostrará durante unos días más llorón e inapetente, se despertará por las noches y querrá morder cosas duras para calmar su dolor. También es normal que su culete esté ahora más escocido, porque su orina es más ácida. La mayoría de las veces, el primer diente brota en la encía inferior.





COMPORTAMIENTO DEL RECIÉN NACIDO.      
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  Reflejo:
  Todos los bebés sanos tienen en común una serie de reflejos que pueden estimularse desde el primer momento. Se trata de movimientos inconscientes que a partir de los tres meses empiezan a ser sustituidos por movimientos conscientes.

* Reflejo tónico cervical asimétrico. Este reflejo se caracteriza por la simetría que aparece en el niño cuando está acostado boca abajo o boca arriba. Como podéis observar, permanece tumbado con la cabeza rotada hacia un lado y los miembros de ese lado tienden a estar extendidos, mientras que los que están en el lado de la nuca suelen estar flexionados. Si rotamos la cabeza en sentido contrario al que está, observaremos cómo los miembros cambian de posición; Los que estaban flexionados se extienden y los que estaban extendidos se flexionan. Alrededor de las 16 semanas sus conductas se vuelven más simétricas.

* Reflejo de la marcha automática.
Cuando un objeto estimula la planta de los pies del recién nacido se produce un movimiento semejante al movimiento que se produce al andar.

* Reflejo de prensión o de Grasping. Al contacto de un objeto en la palma de la mano o cerca de la base de los dedos del pie hace que estos se flexionen y atrapen el objeto.

* Reflejo de Moro. Cuando se produce un golpe seco cerca de la cabeza del recién nacido se desencadena una reacción general, que consiste en la extensión brusca de los brazos para luego volverlos a juntar, la cabeza cae hacia atrás y aparece el llanto.

* Reflejo de enderezamiento estático. El recién nacido extiende las piernas cuando se ejerce una presión en las plantas de los pies.

* Reptar. Tumbado boca abajo, si presionamos la planta de sus pies aparecen movimientos reptatorios, que harán que el bebé se mueva arrastrándose.
  La mayoría de los bebés tiende a reptar, si se les deja en medio de su cuna, reptan hasta encontrar un tope con la cabeza.

* Reacción de apoyo. Manteniendo al niño sentado, sosteniéndole con una mano la cabeza mientras con la otra le damos un dedo que cogerá fuertemente. Si desequilibramos al niño hacia atrás o a un lado observaremos que la cabeza se inclina hacia el lado opuesto para recuperar el equilibrio.

* Reflejo de búsqueda. El niño  gira la cabeza cuando tiene hambre y al contacto de un estímulo cerca de la boca.

* Reflejo de deglución. El niño succiona y deglute al contacto con el alimento.

* Sonrisa social. Aparecen las primeras sonrisas indiscriminadas por estímulos diversos, se dan en muchos momentos: estando despierto, dormido, bañándole, hablándole, comiendo. Estas sonrisas indiscriminadas de los primeros momentos irán tomando poco a poco valores significativos distintos, sonriendo ante miradas placenteras, ante caricias o tonos de voz agradables y es, sobre todo, durante el segundo mes de vida cuando el bebé observa y reacciona a los estímulos que se encuentran en su entorno.



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