MASAJE DEL BEBÉ

Al nacer y durante los primeros meses el cuerpo del bebé
mantiene su postura fetal; está en continua flexión de brazos y piernas y los
puños cerrados. Gradualmente irá desplegando su cuerpo y controlando el peso de
su cabeza. Estira los músculos, abre las articulaciones y aprende a coordinar
los movimientos. El masaje es especialmente adecuado durante estos meses de
formación. Estimula la coordinación muscular y favorece la flexibilidad, lo que
prepara al bebé para desarrollar las futuras destrezas físicas.
El masaje estimula el
sistema circulatorio y favorece el ritmo cardíaco, la respiración y digestión
del bebé. Para la madre, el tocar y acariciar a su bebé contribuye a la
secreción de prolactina, también conocida como la “hormona maternal”, que
interviene en la producción de leche y en su capacidad de relajación.
Debéis procurar que
el bebé esté a gusto y se mantenga receptivo durante e tiempo del masaje con el fin de relajarle por lo que no deben durar más de diez
minutos.
Procurar hacerlo
todos los días, a una hora en la que el bebé sea receptivo, no tenga hambre o
esté irritable. No intentar practicarle el masaje cuando no sea de su agrado.
El propósito del masaje es proporcionar un placer mutuo, por lo tanto tenéis
que estar concentrados y prestando
atención a las manos. El masaje tiene que ser una experiencia relajante.
Procurar que haya un
ambiente relajado antes de empezar Aseguraros de que estáis cómodos y de que no
os van a molestar. Importante, descolgar el teléfono. Preparar el ambiente,
poner una música tranquila que os ayude a relajaros a los dos. El bebé
reflejará la actitud que note en vosotros, por lo tanto relajaros antes de
empezar el masaje.
La habitación deberá
estar caldeada con una temperatura constante. Preparar una superficie suave y
cómoda en la que podáis tumbar al bebé. Asimismo, deberéis tener a mano un
pañal o una toalla suave por si fueran necesarios.
Lo mejor es practicar
el masaje cuando el niño está desnudo, sobre todo después del baño.
Para reducir la
fricción sobre su delicada piel, se puede hacer uso de un aceite templado. Echar
la
cantidad de aceite suficiente para que
vuestras manos se deslicen suavemente por el cuerpo del bebé. Empezar con
toques ligeros para, posteriormente, ir incrementando gradualmente la presión.
Trabajar desde la
cabeza hacia abajo, con manipulaciones ligeras y uniformes y tratando de
aplicar un masaje simétrico a ambos lados de su cuerpo. Establecer contacto
visual con el bebé durante todo el masaje y hablarle con voz tierna y cariñosa.

Con las manos juntas en el centro del pecho presionar
llevándolas hacia los costados. Sin levantar las manos, volver a llevárselas al
centro dibujando con ellas un corazón.
Levantarle el brazo y acariciarle la axila
varías veces, masajeándole los nódulos linfáticos de esta zona.
Levantar el brazo del bebé y envolverlo con vuestras manos desde el hombro. A continuación mover una mano en dirección contraria a la otra, con movimientos rotatorios desde el hombro a la mano y apretando suavemente mientras realizáis este movimiento.

Colocar las manos juntas en ángulo recto con respecto a la columna. Mover una mano en dirección contraria a la otra, de izquierda a derecha hasta llegar al cultito. Después repetirlo en dirección a los hombros, y otra vez hacia abajo.
Sujetarle la pierna en vertical. A
continuación mover ambas manos en dirección contraria hasta llegar al tobillo,
presionando suavemente. Rotar vuestras manos alrededor de las piernas del bebé
desde al rodilla al tobillo.
MASAJE ABDOMINAL
Si el bebé tiene aire o muestra malestar debido a la ingesta de
aire durante las tomas, por ejemplo por culpa de que el orificio de la tetina
no es el adecuado, un masaje abdominal es muy recomendable Una mano cálida
sobre el vientrecito del niño conseguirá un efecto tranquilizador. El niño
agradece que se le preste atención y, a menudo, eso ya actúa mitigando el
dolor. Los movimientos son:
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1 Masaje rotatorio: imaginar que el
vientre del bebé es un reloj y desplazar
vuestras manos en el sentido de las agujas con una leve presión
2 Masaje horizontal: imaginar que
vuestras manos son palas y
realizar cortos movimientos desde el ombligo hasta los genitales del bebé.
3 Masaje vibratorio: colocar la palma de
vuestra mano sobre el vientre del bebé haciéndola vibrar suavemente.
APRENDER A GIRAR

1 con el bebé boca arriba, colocar los dedos índice y pulgar de la mano derecha bajo la rodilla izquierda doblada del niño y con los demás dedos sujetándole la pierna derecha extendida.

2. Inicia el volteo hacia la derecha, mientras con la mano izquierda le extendéis el brazo derecho hacia arriba.
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